Perfil sensorial de los niños con TEA

perfil sensorial de los niños con tea

 

Imagina que estas viendo una película subtitulada y que los subtítulos van con varios segundos de retraso, la imagen va por un lado y el sonido por otro. Imagina además, que al mismo tiempo, tu vecino arrastra una silla que suena como si que fuesen 1.000 sillas a la vez y que ese sonido de fondo tan amplificado te provoca dolor y la necesidad de taparte los oídos y salir a correr. Imagina que las luces se encienden y se apagan de forma constante. Imagina que la ropa que llevas puesta sobre la piel es de lana áspera y te pica cada vez que realizas cualquier movimiento porque sientes un roce insoportable en tu piel. Imagina que viviendo alguna o todas estas situaciones a la vez tienes que permanecer quieto, calmado y atento a la película.

Imagina también que, para mayor frustración, no tienes la capacidad de hablar. ¿Cómo te sientes? ¿Qué haces para hacer entender a los demás lo que te ocurre?.

 

Hoy hablaremos del perfil sensorial habitual en niños con TEA ya que, entendiendo algunas sensaciones que nuestros peques en el espectro autista sienten a diario, podremos identificarlas y ayudarles a encontrarse mejor en su día a día.

 

 

La Asociación Americana de Psiquiatría definía en 2013 el trastorno del espectro autista como un desorden de neurodesarrollo afecta a la capacidad de para comunicarse e interactuar y a la capacidad de desarrollar un amplio abanico de intereses o actividades, mostrando patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento.

 

Hoy sabemos que del 69% al 96% de niños con TEA tienen dificultades en el procesamiento sensorial, una afección que sufre el 5% de la población en general. Esto significa que el proceso neurológico que integra y organiza todas las sensaciones que experimenta nuestro cuerpo gracias a estímulos propios o del exterior, no funciona de forma correcta y, por lo tanto, no pueden generar respuestas adaptadas a estos estímulos.

 

Sabiendo que son tanto los niños y niñas con TEA a los que les resulta difícil encontrar el bienestar sensorial, vamos a repasar las señales que pueden darnos pistas sobre estos problemas de procesamiento neurológico.

 

Primeras señales motoras

 

• Retraso en los hitos del desarrollo motor fino y grueso.

• Dificultades en el equilibrio.

• Actividad motora reducida.

• Retraso en el control cefálico.

• Hipotonía.

• Asimetría postural al gatear o al estar tumbado.

• Menor estabilidad en sedestación.

• Marcha inusual.

• Mala planificación del movimiento

 

Primeras señales sensoriales 

 

• Fijaciones ambientales.

• Permanece en fases tempranas y repetitivas del desarrollo sensoriomotor.

• Hipersensibilidad a estímulos auditivos.

• Orientación disminida visual y auditiva

• Rechazo del contacto físico.

• Objetos en la boca con excesiva frecuencia.

• Posturas inusuales.

• Movimientos y juegos repetitivos y estereotipados.

 

Existen patrones comunes de los problemas de procesamiento sensorial en niños con TEA que confirman que sus sistemas auditivos, visuales y táctiles están afectados de forma más frecuente y señalan déficits en el procesamiento sensorial que afecta a sus habilidades prácticas y a su participación social.

 

Así, pueden responder de forma exagerada a estímulos sensoriales (sonidos o luces que les asustan o les producen rabietas) o no responder con suficiente intensidad a los mismos, por no tener claro que estímulo sensorial están recibiendo: hipersensibilidad o hiposensibilidad.

 

En lo que a la visión respecta, los niños y niñas hipersensibles pueden desarrollar los siguientes síntomas:

 

-             Mirar constantemente a partículas diminutas.

-             Expresar molestias en ambientes visuales inusuales, como una habitación brillante o colorida, o con luz muy tenue.

-             Austarse por destellos súbitos de luz.

-             Mantener poco contacto ocular, mirando hacia abajo la mayoría del tiempo.

-             No soportar las luces brillantes (pestañea, entrecierra los ojos, se queja, etc.)

 

Los hiposensibles, sin embargo, se caracterizan por la siguiente sintomatología:

 

-             Atracción por la luz.

-             Mirar intensamente a los objetos o personas.

-             Mover los dedos u objetos enfrente de sus ojos.

-             Atracción por los reflejos, los objetos de colores brillantes.

-             Disfrute encendiendo y apagando interruptores

-             Tendencia a cambiar de posición los objetos.

 

Un niño o niña auditivamente hipersensibles suele tener los siguientes síntomas:

 

-             Se tapa los oídos.

-             Tienen el sueño muy ligero.

-             No le gustan los lugares ruidosos como la cocina o el wc .

-             No le gusta que le corten el pelo.

-             Le dan miedo algunos los sonidos y los ruidos cotidianos.

-             Realiza ruidos repetitivos con la boca para evitar oír otros sonidos.

 

Un niño hiposensible, sin embargo, desarrollará habitualmente síntomas de este tipo:

 

-             Golpea los objetos, cierra las puertas de golpe.

-             Le gusta la cocina, el baño.

-             Hace ruidos con las manos.

-             Le gusta el tráfico y lugares ruidosos con aglomeraciones

-             Rasga el papel, lo arruga en la mano.

-             Le atraen los objetos sonoros.

 

La hipersensibilidad a estímulos táctiles tiene también su propia sintomatología habitual:

 

-             No quiere que le toquen

-             No tolera la ropa nueva; no quiere llevar zapatos puestos.

-             Rechaza actividades de autocuidados.

-             No le gusta estar sucio.

-             No le gusta la comida que tiene una textura determinada.

-             Evita la gente, tiene dificultades para esperar en la fila

 

El niño o niña hiposensible a estímulos táctiles, se caracterizan también por síntomas comunes:

 

-             Le gustan las ropas apretadas, la presión.

-             Se introduce objetos en la boca habitualmente.

-             Se le caen objetos de la mano.

-             Lo toca todo.

-             Le gusta caer al suelo.

-             Puede autolesionarse.

-             Muestra escasa reacción al dolor y a la temperatura.

 

Los déficits en la integración sensorial pueden manifestarse también como dispraxia, o dificultades en la conceptualización, organización y ejecución de acciones no habituales.

 

¿Qué síntomas vemos en niños y niñas con dispraxia?

 

-             Pueden parecer torpes y descoordinados tanto en el tareas motoras gruesas y finas.

-             Juego pobre

-             Preferencia por rutinas y repetición.

-             Dificultades para copiar o imitar movimientos

-             Parecen inseguros de dónde esta su cuerpo con respecto al espacio.

-             Son propensos a los accidentes.

-             En actividades diarias como usar utensilios o vestirse son más lentos o imprecisos.

 

Los problemas sensoriales limitan la participación de las familias en el trabajo y en las actividades familiares y de ocio, las rutinas matinales, la hora de comer, las rutinas de sueño, las vacaciones y viajes… ya que las niñas y niños con autismo adoptan conductas “problemáticas” para comunicarse.  Así, un comportamiento puede tener como objetivo la búsqueda o el rechazo sensorial, expresar frustración, intentar obtener algo que desea o comunicarnos dolor o algún problema físico.

 

Solo observando a diario a nuestro hijo o hija y con la ayuda de la terapia ocupacional aprenderemos a comprender su perfil sensorial, sus fortalezas y capacidades y sus barreras y dificultades.

 

 

Una vez lo hagamos, será mucho más sencillo buscar estrategias sensoriales que mejoren su día a día y el de toda la familia.